cuchi

Escribo en miércoles pero se siente como jueves, tal vez es porque realmente quisiera que sea jueves y así fue todo mi día. Pensando que  mañana iba a ser viernes y atenta a los ruidos y vientos a ver si el tan temido  terremoto que ha sido anunciado con bombos y platillos se hace notar con la grandeza que algunos esperan y otros temen.

Dios mío, por favor quiero que sea viernes solo porque necesito dormir, descansar, respirar, caminar, leer, necesito tiempo para poder asimilar, organizar, planear, viajar, vivir, morir, siento que se me pasan los días, las horas y se pasan a un ritmo increíble que avanza... el tiempo corre y se hace notar.
 La rutina de los días me esta empezando a mostrar los pasos agigantados con los que he ido creciendo, no sé si por mis amistades o por mi entorno familiar o por la vida misma pero siento que soy una vieja en el cuerpo de una chica joven y bella. Ya no son pasos de niña, son pasos de adulto pero se siente bien, me gusta. Me hace sentir segura. No depender de nadie para hacer lo que yo quiero y siento, es un sentimiento increíble. Vale la pena todo; aunque siento que estoy perdiendo la etapa donde me toca ser irresponsable, arrebatada, rebelde...etc.

En este momento no cambiaría nada de mi vida, salvo por un detalle que me tiene incompleta desde unas semanas pero sé que se arreglará a su debido momento. Tener fé ciega, debo de admitir que es uno de mis defectos o virtudes, sean ustedes los jueces.

A veces Dios nos da la fortaleza que necesitamos para superar obstáculos que se nos presentan. No solo es orar, rezar, encomendar, es importante creer en uno mismo y en el poder que tenemos dentro de nosotros mismos.

hasta entonces,

Sam